La isla yemení de Socotra es uno de los lugares más hermosamente extraños que he visitado en mucho tiempo. La sensación de aislamiento y soledad, que se vive en cuanto sales de Hadibu (la capital) es extraordinaria. La vegetación, en gran parte endémica, da un toque único al paisaje.
Si pincháis aquí podréis ver un pequeño artículo sobre Socotra
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