En 1994 me fui de viaje con mi amigo Pedro, dispuestos a hacer una ruta muy muy atractiva: la Karakoram Highway, que va desde Islamabad, la capital de Pakistán, hasta Kashgar, ya en el Turkestán chino, atravesando los collados de la cordillera del Karakorum. Como no sabíamos el tiempo que íbamos a estar por ahí viajábamos con billetes de avión abierto: Islamabad-Francfort-Madrid, sin fecha.
La verdad es que es difícil calcular cuánto tiempo vas a tardar en hacer una ruta semejante, a la que había que añadir una introducción en Pakistán por Karachi, Mohenjo Daro, Lahore y Peshawar, más una posible continuación en China, ya que Kashgar se encuentra en la Ruta de la Seda y las tentaciones son abundantes. Por otra parte, una vez que decidiéramos dar la vuelta, había que recorrer otra vez la Karakoram Highway para coger el avión en Islamabad.
El Mundial de Estados Unidos nos alcanzó en Pakistán, aunque como un eco lejano. En China ya era otra cosa, con pequeñas multitudes alrededor de los televisores. Qué tiempos, en que España ganaba 3-0 a Suiza en octavos. Los partidos de fútbol, retransmitidos desde Estados Unidos, daban un toque irreal a la vida en los oasis de aspecto casi medieval de la Ruta de la Seda por el Turkestán.
Al final volvimos a Islamabad, presentamos nuestro billete y embarcamos para Alemania. Cuando quisimos hacer lo mismo en Francfort, empezaron los problemas: estaban llenos todos los vuelos del día de Lufthansa y teníamos que ir a la puerta de embarque a esperar que algún pasajero no se presentara.
Primer vuelo: lleno completo.
Segundo vuelo: lleno completo.
Tercer vuelo: lleno completo.
Cuarto vuelo: lleno completo.
A media tarde la persona de información nos dio un soplo de esperanza.
-En el último vuelo seguro seguro que hay plazas libres.
-¿Cómo puede estar tan segura?
-Está claro, se juega la final del Mundial a la mismo hora que el vuelo, seguro que hay gente que cambia la fecha del vuelo.
Y así fue. Embarcamos. En un vuelo Francfort-Madrid, de un par de horas, puede pasar que el capitán hable a los pasajeros, y así fue:
-Buenas noches, les habla el capitán. Volamos a tal altura, pasamos por encima de tal ciudad, llegaremos a tal hora. Y van 0-0.
Y no vuelve a hablar. Este capitán se pasó el vuelo dando información sobre altitud, velocidad y geografía.
-Y van 0-0.
-Y van 0-0.
-Y van 0-0.
Llegamos a Barajas perfectamente informados del 0-0. Los penaltíes fueron en el taxi a casa.
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