En el viaje a Svalbard había (redondeando) 200 pasajeros. Más o menos 100 eran lo que siempre han sido los pasajeros de este tipo de viajes: occidentales (estadounidenses y alemanes en su gran mayoría; también estaban representadas diferentes nacionalidades europeas). La media de edad es bastante alta: abundan los mayores de 60 ó 65 años, y desde luego creo que no había nadie de menos de 40 ó 45 años. En general son parejas que han trabajado muchos años o están jubilados, que han viajado ya por todo el mundo y buscan las últimas fronteras que les quedan por conocer, y que después de triunfar profesionalmente al cabo de muchos años pueden permitirse estos viajes que son bastante caros. Caso aparte, pero dentro de estos 100 occidentales, estaba la veintena de periodistas de varios países europeos que participábamos en el viaje.
Los otros 100 pasajeros eran chinos. Profesionales que también han triunfado en los negocios (moda, muebles, energía, bolsa) como para permitirse lo que ya he dicho antes, estos viajes que son bastante caros.
¿Cuál es la diferencia entre los dos tipos de pasajeros? Además de muchas culturales -que se reflejan en los modos de actuar, sobre todo al cabo de 10 días metidos en un barco- hay una muy interesante: los chinos eran muy muy jóvenes. Muchos no habían cumplido los 30, y desde luego muy pocos los 40. Y les sale el dinero por las orejas como para hacer los viajes que desean, y punto.
La expansión del turismo chino por el mundo es, creo, lo más importante que está pasando en este comienzo de siglo en el mundo de los viajes y el turismo. Poco a poco se están levantando todas las restricciones que su propio Gobierno les imponía, y se están comiendo el mundo. Literalmente. Hace poco leí que están construyendo en Bahamas un resort concebido exclusivamente para ellos. Hace un par de meses la revista Newsweek dedicaba la portada de su edición internacional al tema.
Creo que este blog no es el sitio para aportar estadísticas, sólo de destacar lo que encuentro por el mundo. En pocos años estaremos acostumbrados a ver, en un aspecto más, cómo Europa y Estados Unidos ceden el paso a China.
En este viaje ocurrió algo que para los pasajeros chinos fue de gran importancia: cuando llegamos al paralelo 80ºN todos se hacían fotos en la proa. ¡Era la primera vez en la historia de la humanidad que 100 chinos estaban juntos a una latitud tan septentrional! ¿Una anécdota, un detalle sin importancia, o la muestra palpable de por dónde van los tiros?
Yo, por si acaso (y como se ve en una foto) ya estoy haciendo amigos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario