viernes, 10 de junio de 2011

La ciudad misteriosa es Poznan

Poznan. Foto: Ángel M. Bermejo (c)

Pues sí, Poznan, en Polonia, es la ciudad en la que aterricé hace pocos días, disfrutando de la sensación de entregarme a la sorpresa a cada paso que diera. Era la primera vez que iba a Polonia, y eso añadía un punto de emoción (y de ignorancia) a todo lo que fuera a ocurrir y descubrir.

Poznan. Foto: Ángel M. Bermejo (c)
El que para mí esta región del mapa apareciera en blanco y con el rótulo de “inexplorada” no significa absolutamente nada. Poznan tiene 600.000 habitantes y se encuentra a medio camino entre Berlín y Varsovia (a unos 275 y 320 km. respectivamente), por lo que resulta claro que es una ciudad importante en una región rica en historia. Para muchos fue la capital del primer Estado polaco, hace unos mil años, y aquí se construyó la primera catedral polaca.

Poznan. Foto: Ángel M. Bermejo (c)
La parte antigua, medieval, de Poznan resulto muy dañada durante la Segunda Guerra Mundial, pero como otras muchas ciudades polacas ha sido restaurado con esmero, y ahora es un conjunto delicioso por el que da gusto pasear. Esta parte (Stare Miasto) está organizada alrededor de la gran plaza del Mercado. Es tan grande que hasta tiene edificios dentro de la plaza, incluido el gran Ayuntamiento (el antiguo Ayuntamiento, ahora convertido en Museo de la Ciudad), y donde todos los días a las 12 del mediodía hay un carrillón con forma de dos machos cabríos que se pelean. También dentro de la superplaza hay un par de horribles edificios comunistas. Y por supuesto, todos los bajos de la plaza están ocupados por bares y restaurantes que ahora tienen terrazas afuera y dan a la zona un ambiente de gran vitalidad. Poznan es ciudad universitaria y está llena de estudiantes, pura vitalidad.

Poznan. Foto: Ángel M. Bermejo (c)
Más allá de este cogollo de aspecto medieval se extienden barrios más modernos. Hay muchos edificios de aspecto barroco o neobarroco. Poznan ha estado en manos de los prusianos o de los alemanes en diferentes ocasiones, así que los polacos construyen en estilo neobarroco para recordar sus esencias, y los alemanes construyeron en neorománico y neogótico, para recordar los tiempos en que dominaron en la antigüedad. Dicen.

Poznan. Foto: Ángel M. Bermejo (c)
Hace poco más de un siglo, durante la Tercera Partición, Poznan estaba bajo dominio alemán, y el káiser Guillermo II mandó construir el palacio cuyo trono mostré el otro día. 

1 comentario:

  1. No conozco Poznan, pero sí otras ciudades polacas que me encantaron. Desde Varsovia hasta Cracovia, pasando por Torun (Copérnico) y Gdansk (El tambor de hojalata), esta última ciudad imprescindible por su protagonismo dentro de la historia de Europa: inicio de la Segunda Guerra Mundial, el tema de los astilleros, el escenario de ese gran libro de Grass... Habrá que volver por Polonia.

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