lunes, 11 de julio de 2011

Cinco (o seis) personajes curiosos de Clermont-Ferrand


Monumento a Vercingétorix. Clermont-Ferrand. Foto: Ángel M. Bermejo (c)

Si te preguntan si sabes algo relacionado con Clermont-Ferrand, la capital de Auvernia, sobre algún personaje local, etc., lo más probable es que digas que no. Digo “lo más probable” pero en realidad estoy pensando que es “segurísimo”.
Pues resulta que al caminar por las calles de Clermont-Ferrand surgen recuerdos de historias y personajes que de alguna manera son conocidos. Aunque ni remotamente los relacionamos con esta ciudad.
Los que hemos leído las historias de Astérix y Obélix sabemos de la existencia de un secundario de lujo, que aparece en poquísimas viñetas, pero que es un personaje real: Vercingétorix, el jefe galo que llegó a vencer a Julio César en una batalla (aunque perdió definitivamente en la siguiente, poco después). Hablamos del año 52 a.C. En la gran Place de Jaude, el centro vital de la ciudad, está la estatua que lo recuerda, obra de Bartholdi (el autor de la Estatua de la Libertad de Nueva York). Vercingétorix evidentemente no nació en Clermont-Ferrand, porque la ciudad no existía en esos tiempos, pero se supone que nació en los alrededores.

Monumento a Urbano II. Clermont-Ferrand. Foto: Ángel M. Bermejo (c)
Toda la vida oyendo hablar de las Cruzadas (incluso alguno ha leído hasta un libro sobre el tema) y resulta que tienes que llegar a Clermont-Ferrand para que te recuerden que el papa Urbano II fue el que lanzó a los cristianos a la conquista de los territorios de Tierra Santa que estaban en poder del infiel. Y lo hizo en Clermont-Ferrand cuando clausuraba un concilio. El eslogan “Dios lo quiere” tuvo un éxito espectacular de convocatoria. En la Place de la Victoire, junto a la catedral, está la estatua que lo recuerda.

Monumento a Blaise Pascal. Clermont-Ferrand. Foto: Ángel M. Bermejo (c)
Toda la vida oyendo frases hechas, de esas que se repiten y repiten hasta la saciedad, y resulta que son de alguien. “El corazón tiene razones que la razón ignora”, “Dos excesos: excluir la razón, no admitir más que la razón”, "Si no actúas como piensas, acabarás pensando como actúas" (frase que, por cierto, un conocido político español ha utilizado la semana pasada como si se le hubiera ocurrido a él). Todas ellas son de Blaise Pascal, nacido en Clermont-Ferrand, uno de los filósofos y científicos más importantes de Europa -no es necesario recordar el pascal (unidad de presión) y el pascal lenguaje de programación, el Triángulo de Pascal, el Principio de Pascal, la Apuesta de Pascal, la pascalina, etc., debidos a él o nombrados por otros en su honor. En la Place Plascal, debajo de la Place de la Poterne, está la estatua que lo recuerda.
Otros personajes relacionados con Clermont-Ferrand son los hermanos André y Édouard Michelin, que desarrollaron una pequeña empresa hasta convertirla en uno de los fabricantes de neumáticos más importantes del mundo, y creadores además de las estupendas Guías Verdes (de turismo) y las Guías Rojas (de gastronomía y alojamientos), del muñeco Bibendum, etc.
Otro clermontino del que nadie sabe el nombre fue Fernand Forest (1851-1914) que inventó el motor de explosión.

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