Pebeteros iberos. MARQ. Foto: Ángel M. Bermejo (c) |
Aquí el visitante se enfrenta a diferentes experiencias. Por un lado, el museo ofrece un repaso de la historia de Alicante desde tiempos prehistóricos, pero también proporciona unas cuantas lecciones sobre el propio trabajo de la arqueología, que son válidas para esta provincia, pero también para cualquier otro lugar del mundo.
La clave de su atractivo no está solo en la calidad y cantidad de las piezas que se muestran, sino en la forma en que está concebido el conjunto.
MARQ. Foto: Ángel M. Bermejo (c) |
Hay cinco salas permanentes, las dedicadas a la prehistoria, los iberos, la cultura romana, la Edad Media y la Edad Moderna. Cada una de ellas ocupa el mismo espacio, y dentro de cada una se repite la misma estructura narrativa, que acaba siempre al final de la sala con un espacio dedicado al culto a los ritos funerarios y el culto a los muertos.
Imagen de audiovisual que recrea el foro de Lucentum. MARQ. Foto: Ángel M. Bermejo (c) |
Aunque lo importante es el conjunto y las sensaciones y conocimientos que transmite, hay algunas piezas magníficas que sobresalen, como un pebetero ibero y, sobre todo, una mano de bronce, parte de una estatua dedicada a un emperador romano, hallada en el yacimiento de Lucentum.
Hay tres espacios dedicados al propio trabajo de la arqueología, ya sea en un medio rural, urbano o subacuático. También hay tres salas dedicadas a exposiciones temporales.
Recreación de trabajos de arqueología subacuática. MARQ. Foto: Ángel M. Bermejo (c) |
Y para estar al día de todas las noticias sobre el tema de la arqueología en Alicante, nada como seguir el blog del museo.
Que es un museo especial no lo digo yo. Por algo le darían el Premio Museo Europeo del Año 2004, título que comparten el Guggenheim de Bilbao (2000) y el CosmoCaixa de Barcelona (2006).
Muchas veces nos vamos de vacaciones a un sitio y nos tiramos horas panza arriba tomando el sol, desaprovechamos el tiempo que estamos en una ciudad y no nos enteramos de nada de ella. Esto no nos pasaría si hacemos como tu :ver esos espacios donde nos enseñan realmente lo que fue la ciudad.
ResponderEliminarInteresante tu reportaje con unas fotos muy logradas.
Un saludo
Gracias kai51 por tu comentario. Es un poco triste comprobar que los meses de menos visitas del MARQ coinciden con las vacaciones, cuando no hay grupos de escolares, y eso que en verano cambian los horarios para ajustarlos a las siestas.
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