Foto: Ángel M. Bermejo (c) |
Me gusta su piel áspera y gruesa.
Me gustan sus ojos pequeños que transmiten miradas de inteligencia.
Me gusta su trompa: el instrumento más hábil y delicado del mundo.
Me gusta ver las manadas familiares caminando por la sabana.
Me gusta que ningún animal ataque a sus bebes porque todos saben que la manada entera destrozará al atacante.
Me gusta que digan de ellos que tienen una memoria excelente. Que digan que son inteligentes.
Foto: Ángel M. Bermejo (c) |
Foto: Ángel M. Bermejo (c) |
Nada comparable a caminar a poca distancia de un grupo de elefantes en Mole.
Nada comparable a volar en avioneta sobre las planicies de Marromeu y pasar sobre un grupo de elefantes.
Nada comparable a que el conductor detenga el camión en Serengeti para ceder el paso a una familia de elefantes.
Nada comparable a seguir con los prismáticos una escena de caza en Maasai Mara—tres leonas al acecho de un facóquero— que se arruina ante el paso majestuoso de una familia de elefantes. Las leonas, calladas.
Nada comparable a oír cómo arrancan la hierba dos elefantes para comer en Periyar.
Nada comparable a la fuerza que muestra un elefante que te enfrenta en Tsavo.
Foto: Ángel M. Bermejo (c) |
Foto: Ángel M. Bermejo (c) |
Como recorrer el bosque y cruzar ríos a lomos de un elefante en el Triángulo del Oro.
Como visitar un “orfanato” de elefantes en Pinnewala.
Como presenciar de madrugada la gran procesión de 61 elefantes en el pooram de Arattupuzha.
Como ver en una calle de Thrissur a un elefante de grandes colmillos que merendaba una pequeña montaña de hojas de palmera.
Como casi chocar en un auto-rickshaw con un elefante que hace una maniobra inesperada en una calle de Kottayam.
Como ver un elefante caminar por Phnom Penh.
Foto: Ángel M. Bermejo (c) |
Foto: Ángel M. Bermejo (c) |
Me emociona descubrir constantemente a Ganesha —el dios con cabeza de elefante— en casi todos los rincones de la India.
Me emociona encontrarlo de repente en los relieves de Angkor, de Mahabalipuram, de Borobudur.
Me emociona encontrarlo en los mosaicos de Constantinopla.
Me emociona encontrarlo en los frescos de Ettumanur y de Mattanchery.
Me emociona encontrarlo representando el poder imperial en el trono del palacio de Poznan.
Me emociona encontrarlo en los monumentos de Roma.
Me emociona encontrarlo en los altares de Elmina.
Foto: Ángel M. Bermejo (c) |
Me espanta que a ciertas personas les guste pegarle un tiro desde lejos a un elefante. ¿Es lo peor? No, mucho peor es que a continuación se hagan una foto junto al cadáver, todavía caliente, mostrando un orgullo vano.
A los que hacen eso, me gustaría enviarles esta otra foto:
Foto: Ángel M. Bermejo (c) |
Es la representación del infierno en un templo budista de Mongolia. Y a los que tienen poca memoria les recordaré lo que he dicho al principio: los elefantes tienen una memoria excelente.
Muchos de "tus" elefantes no los he visto, pero sé que están.
ResponderEliminarMagnífica entrada!!
Un saludo!
Gracias Mª Mercè, un saludo cordial
ResponderEliminarGrande Bermejo, tu si que sabes!! Un abrazo
ResponderEliminar¡¡¡Bravo Ángel!!! Emocionante y bello: como un elefante.
ResponderEliminarHola Javier, gracias por la visita y el comentario. Un gusto verte por aquí.
EliminarMe encantan,...
ResponderEliminar...me gustan,
...quiero,
que sigan siendo y 'existiendo' los elefantes.
(son como las ballenas,...bichos 'enormes y más que nadie grandes',...que nos enseñan que hay, que 'existe' y es posible, espacio para todos con su vida)
Podría decir más cosas,...y espero que ellos, y cada uno, también.
Un beso muy fuerte.
B.N.C.M.
Hola MartinAngelair, compartimos algunos deseos. Besos.
Eliminar... :)
ResponderEliminarBuenas noches corazón Ángel.
B.N.C.Á.
Buenas noches :)
EliminarGracias Paco por la visita y el comentario.
ResponderEliminarTambién me gustan los elefantes :D
ResponderEliminarLe gustan a casi todo el mundo. Gracias por la visita Pau
EliminarSin lugar a dudas maravilloso tu viaje
ResponderEliminary espectaculares momentos vividos con estos grandes animales
no me imagino como se le puede disparar por placer Abrazos
Es un misterio, con lo maravilloso que es observarlos desde la distancia (prudencial). Gracias por la visita. Un abrazo.
EliminarHola Ángel! Me acerqué a descubrir tú blog y me encuentro con ésta estupenda entrada, nada más oportuna e inteligente: ojalá todo ésto sirva al pueblo para deshacerse de ésa lacra que en pleno siglo XXI conforman un anacronismo de lo más hipócrita... y coincido plenamente que los elefantes son unas criaturas míticas para tantas culturas y que merecen todo nuestro respeto y consideración!
ResponderEliminarSALUDOS!
Unos animales que han sido considerados importantísimos por tantas culturas diferentes deberían ser más valorados en estos tiempos. Gracias por la visita. Un abrazo.
EliminarSiempre me encantaron los elefantes, y este año siento que cada vez mas y mas. A menudo la gente me dice ''vi tal cosa de elefante y me acorde de vos'' jaja. me preguntan por que me gustan tanto, hasta yo me lo pregunto. pero todavia no encontre nada que me decepcione de ellos. y hoy, en una madrugada como la de hoy (argentina 1:20 a.m.) buscando que hacer, me puse a buscar razones para que me sigan buscando y vaya que las encuentro. muy lindo lo que lei, espero verlos tambien y me alegro mucho por vos para que puedas resaltar la belleza de los elefantes desde un blog, desde tu boca, desde la admiracion. suerte! :)
ResponderEliminarTiene razon al empezar como empezo. Me resisto a creer que haya gente a la que no le gusten esos maravillosos animales llamados elefantes. Los amo mucho. Las razones usted las dijo mejor que yo. Precioso trabajo. Mil felicitaciones
ResponderEliminarTambien amo a los elefantes, son increibles, son mi pasion!, ojala un dia los vea andar en libertad, sera fabuloso, una experiencia religiosa!!!
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