Si me preguntan por un término geográfico que me atraiga, que me haga liberar la imaginación, tal vez mi elegido sea el de valle. Me hace pensar en un lugar protegido por montañas, una unidad creada alrededor de un río y muy diferente de lo que pueda haber a su alrededor. Hay algunos valles que tengo muy dentro de mi memoria personal como los de Lozoya o Mena, pero hay muchos otros que me resultan especialmente atractivos por una u otra razón. El último que he recorrido ha sido el del Jerte.
En estos días de finales de primavera y principios de verano el valle del Jerte vive un momento especial con la explosión de los cerezos. Si en algún momento de la primavera el valle se cubre de blanco por la floración de más de dos millones de árboles, ahora es el momento de recoger su fruto. La cereza tiene algo de especial: son como bombones naturales y en este tiempo se puede vivir esa experiencia maravillosa de caminar por el campo y coger un puñado de frutos con solo levantar el brazo. No es cuestión de asaltar una finca y llevarse una caja pero, si te comes cuatro o cinco, nadie te va a reñir. ¡Al menos eso me dijeron varios propietarios de fincas en los días que estuve por ahí!
Alrededor de la cereza, en
esta época se llevan a cabo varias actividades incluidas en la llamada Cerecera:
fiestas, jornadas gastronómicas, visitas a las cooperativas, etc., que
completan al abanico de posibilidades que ofrece el valle en cualquier otro momento. Un fin de semana en el Jerte, ahora, podría ser así:
Viernes.
El valle tiene un acceso
principal por el sur, por Plasencia, aunque también se puede llegar cómodamente
por el norte, por el puerto de Tornavacas. Los que busquen caminos secundarios
pueden encontrar otras posibilidades como el puerto de Honduras (desde Hervás)
o algunas carreteras estrechas desde la Vera. Sea cual sea el punto de entrada tendremos el valle perfectamente a la
vista. Hemos llegado.
Ahora lo que toca es entregarse a
la cereza. Los campos están ocupados, de sol a sol, por gente recogiendo la que
para muchos es la mejor cereza del mundo. Aunque hay mucho que decir: hay más
de 100 variedades y sólo cinco están acogidas a la Denominación de Origen Valle del Jerte.
Es el momento de observar el trajín de la gente, ver cómo se recogen en las fincas (principalmente por hombres) y se seleccionan una a una en garajes (principalmente por mujeres). En esta época los coches duermen en la calle. Es el momento de pasear por los pueblos —por ejemplo por Casas del Castañar, Cabrero y Piornal— y conversar con los mayores (los demás están en el campo). Y contar los nidos de cigüeña en los campanarios de las iglesias.
Es el momento de observar el trajín de la gente, ver cómo se recogen en las fincas (principalmente por hombres) y se seleccionan una a una en garajes (principalmente por mujeres). En esta época los coches duermen en la calle. Es el momento de pasear por los pueblos —por ejemplo por Casas del Castañar, Cabrero y Piornal— y conversar con los mayores (los demás están en el campo). Y contar los nidos de cigüeña en los campanarios de las iglesias.
Hay que aprovechar las jornadas
gastronómicas y cenar en alguno de los nueve restaurantes del valle que
proponen menús especiales basados en la cereza. El de la casa rural Garza Real de Valdastilla es espectacular. Y si te
alojas allí sientes que tienes la vida resuelta. Para bajar la cena nada mejor
que pasear un rato fuera del pueblo y descubrir que, aunque en las ciudades no
se sepa, las estrellas siguen inundando el firmamento por la noche.
Sábado.
Hay que ponerse en marcha, y nada
mejor que una caminata por el monte. Digamos que por Las Nogaledas, una zona
repleta de cascadas, vegetación tupida y sombra, muy convenientes en momentos
de calor. La ruta empieza en las afueras de Navaconcejo y en cuanto empiezas te
sientes a gusto caminando bajo las copas de los árboles. Hay chopos, fresnos, y
hasta robles en las partes superiores. También helechos y un buen surtido de
flores de todos los colores. El paseo se puede hacer solo o —si quieres una
buena información sobre la zona y las plantas y animales que puedes encontrar—
en una excursión con guía, como las que organiza Alberjerte.
Se puede descender por el mismo camino o,
mucho mejor, buscar la bajada por una pista que atraviesa un campo de cerezas.
Es otra inmersión es este ecosistema natural, económico y cultural que define
la vida en el valle del Jerte. Si se te va la mano coge un puñado de cerezas,
no más, que tienen dueños que viven de ellas.
La caminata es fácil pero
despierta el apetito. Nada mejor que darse un homenaje en el restaurante Pico
Negro del hotel Balneario, que también participa de las jornadas gastronómicas. El menú incluye una
serie de platos con dos toques especiales: el propio del chef y la presencia de
la cereza en todos ellos. El riesgo que se corre al comer aquí es el de querer
quedarse toda la tarde en el balneario, sobre todo cuando descubres que tienen
todo lo propio de un spa y, además, masajes con ungüentos hechos a base de
cereza. Conclusión: la tarde entera sin salir.
Se puede acabar el día paseando
por Tornavacas y esperar a ese momento de luz incierta del final del crepúsculo
vespertino. Todos los días se lleva a cabo el toque de ánimas: una mujer
recorre el pueblo tocando una esquila en recuerdo de los difuntos. Esto se
hacía antes en muchos pueblos pero parece que esta costumbre ya sólo se
conserva aquí. Si te alojas en la casa rural Antigua posada puedes verla pasar por delante de la puerta.
Domingo.
Vuelta a la naturaleza. Es la
ocasión de explorar la Reserva Natural Garganta de los Infiernos, casi 7.000
hectáreas de terreno protegido que van desde las orillas del Jerte hasta las
cumbres que rodean el valle, a 2.300 metros de altitud. Un paseo por la zona es
adentrarse en un mundo de curiosas formaciones de granito y cascadas, de bosques
de roble melojo, madroño y castaño en donde medran helechos y orquídeas, y
también piornos. El cielo se puebla con las siluetas del buitre leonado, el
halcón peregrino y el gavilán.
Hay muchas rutas marcadas en la
reserva y sus alrededores, pero la más popular es llegar hasta los Pilones, una
serie de pozas excavadas por el río en el granito y donde da gusto bañarse en
los días de calor. Es una caminata muy fácil de seis kilómetros de ida y otros
tantos de vuelta por una pista. Si parece mucho, y dado que no se pueden
introducir vehículos en la reserva, se puede tomar una especie de taxi hasta
los Pilones. Son los coches eléctricos de Natur Extremadura que no contaminan. Los conductores son expertos guías que conocen bien toda de
la comarca por lo que el recorrido no es sólo un traslado sino una pequeña
introducción a la naturaleza de la reserva.
Queda por visitar los pueblos de El Torno y Rebollar para tener una perspectiva del valle desde la ladera opuesta a la de Valdastilla y Casas del Castañar. Es el momento del último menú de las jornadas gastronómicas de la cereza, tal vez en el restaurante de Alberjerte, en El Torno, asomado a una vidriera que inunda de luz el local.
Hay que detenarse a poca distancia del pueblo, junto a la carretera, en el Mirador de la Memoria —uno de los mejores del valle— por la vista y su curioso conjunto escultórico que es un monumento a los olvidados de la Guerra Civil y la Dictadura. Se inauguró en 2009. Aquí el recuerdo de la historia se une a la visión del valle, a su paisaje en parte natural y en parte transformado por el ser humano. Es el momento de emprender el regreso.
TE QUEDASTE SIN VER UNAS DE LAS JOYAS DEL VALLE,EL FRESNO DE LA PRADERA,EL MAS ANTIGUO DE LA COMARCA,OTRA VEZ SERA AMIGO MARTINEZ
ResponderEliminarHola Ángel! Me ha encantado tu post! La zona del Valle del Jerte es una de las más bonitas de España y que la gente no suele visitar.
ResponderEliminarSobre todo con los almendros en flor :)
Yo soy de un pueblo de Toledo,pegando a Cáceres, y en cuanto podemos nos escapamos un fin de semana a Extremadura. Os puedo aconsejar un alojamiento en Cáceres, para aquellos que disfruten de unos días por la zona.
Seguiré tu blog!
Un saludo!
Hola ángel, muy buen post, el fin de semana que viene iremos a pasarlo al valle, la verdad es que nos habían hablado de el, pero no tenemos el gusto de conocerlo, tu post nos ha hecho tener mas ganas aun de visitarlo.
ResponderEliminarSaludos
este post me ha dado unas cuantas ideas para mi viaje de la próxima semana santa!! :)
ResponderEliminarHola! este blog nos parece muy informativo y útil, somos de guiadehoteles.net. En realidad es un sitio nuevo , queremos recomendar los mejores hoteles en el mundo, se que sabes mucho del tema, te invitamos a publicar, es gratis. ��
ResponderEliminarSumérgete en la emoción al aire libre con actividades como el airsoft, donde estrategia y adrenalina se fusionan. Una experiencia que no solo te ejercita físicamente, sino también despierta tu mente táctica. ¡Aventura asegurada!
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