3 lugares excepcionales en el oriente de Asturias

            Fui al oriente de Asturias porque quería ver cómo se adapta el ser humano al medio ambiente. Y claro, lo primero que vi fue la naturaleza: un mundo calizo que define el paisaje. La roca caliza es muy peculiar y se erosiona de una manera única, creando formaciones que (creo) resultan imposibles de encontrar en otro tipo de rocas.

            En este viaje entre la costa y la alta montaña encontré muchos lugares curiosos y en los que la roca caliza, su forma de evolucionar, de erosionarse, definía lo extraordinario del lugar. De todos ellos elijo tres lugares excepcionales.

             La playa de Gulpiyuri

            Es una de las playas más pequeñas que he visto nunca, pero ese detalle no es lo que importa. Lo que la hace casi única es se trata de una playa marina (como la gran mayoría) pero que no está al borde del mar. Sí, aquí hay arena y agua de mar, pero falta el mar, falta el horizonte inmenso de las playas de todo el mundo y, en su lugar, hay unos farallones de roca. El mar Cantábrico se encuentra detrás de ellos, unos 80 metros más allá.

            Resulta que la hondonada en la que se encuentra la playa es una dolina, formada por el hundimiento del techo de una cueva. Esta cueva estaba unida a la costa por un conducto por el que sigue entrando el agua del mar durante la marea alta, ofreciendo un espectáculo increíble.

            Gulpiyuri se encuentra en Naves y sólo se puede llegar a ella caminando unos pocos minutos desde el último lugar al que se puede llegar en coche.

             La cueva de L’Aguañaz

            La sierra el Cuera no es muy alta y surge a poca distancia de la costa. Pero es adentrarse en ella y entrar en un mundo de valles estrechos, laderas empinadas y crestas rocosas. Dentro de este mundo de roca encontré otro paraje singular: la cueva de L’Aguañaz, que está justo a la salida del pueblo de Caldueñín. A primera vista es una cueva como otra cualquiera, salvo por el detalle de que de ella surge un río. El nombre, L’Aguañaz, “el agua nace” hace referencia a este fenómeno.

            Me dijeron que este río, llamado de las Cabras, nace en otro valle, se pierde cerca de El Mazueco y vuelve a surgir en esta cueva. Unos pocos metros más abajo, al lado del río, hay otra cueva, mucho menos profunda, que está convertida en ermita.

            En estos valles hubo combates durante la Guerra Civil y se cuentan muchas historias de esa época, cuando los vecinos tenían que esconderse con el ganado en las cuevas para evitar los bombardeos que se sucedían en la zona. En El Mazueco hay una capilla con una campana peculiar, hecha con un obús que no llegó a explotar.  

             El Picu Urriellu

            Probablemente sea la montaña más espectacular de toda España, así que no descubro nada hablando de la cima mítica en la historia de la escalada.

            Pero por mucho que se hayan visto fotografías no hay nada comparable a llegar a vega del Urriellu, la hondonada que se abre al pie de la cara oeste del picu. Y no digamos lo que debe de ser escalarla.

            Yo había estado allí hace muchos años y puedo decir que es uno de esos recuerdos que quedan para siempre. La pared oeste fue escenario de historias épicas en los años 60 (la primera ascensión) y 70 (la primera ascensión invernal), y las historias de estas escaladas llenaban páginas en los periódicos de entonces. Igual que las tragedias de las expediciones que fracasaron.

            Esta cara oeste es un precipicio absoluto de 550 metros que en algunos lugares está extraplomado. Aquí se han abierto algunas de las vías de escalada más difíciles del mundo.

            Para mí, esta cara oeste — y en general todo lo que tenga que ver con el Urriellu— alcanza la categoría de mítico. Es una montaña que probablemente no suba nunca, pero es una fábrica de mitos, algunos de los cuales nacieron cuando yo era pequeño y se vivían como un acontecimiento. Sí, es una montaña calcárea, con formas talladas por la erosión glaciar, pero de repente eso no importa cuando estás al lado del refugio, miras para arriba y ves la montaña mágica encima de ti.