Cuando te
fijas en las letras de las canciones brasileñas más conocidas ves que Vinícius de Moraes es el autor de
muchas de ellas. La MPB, la Música
Popular Brasileña, habría sido otra cosa sin él. ¿Habría existido la bossa nova, la bossa sempre nova, sin él? Otra cosa.
Vinícius
es uno de esos poetas que, como alcanzó la fama a través de la música popular,
no es considerado como tal. Al revés, en los tiempos en los que era un
funcionario en la carrera diplomática podía escribir y publicar como poeta,
pero no estaba autorizado a trabajar como músico, y mucho menos a actuar en
tugurios nocturnos. Hay que recordar que los antros en los que actuaban los
músicos en aquél Río de Janeiro de
los años 50, cuando la música era un ente que surgía de las nubes del humo y
los vapores del whisky —en locales que se llamaban Tudo Azul, Rond Point, Carrousel,
Dominó o Zum-Zum— tenían mala fama y peor realidad. Le costó mucho poder dar el
salto. La música ganó al mejor letrista. La poesía perdió, suponen los
estrictos, un vate. En el camino muchos ganaron un amigo.
El poeta y
diplomático de Moraes es, también, un personaje. Es “el blanco más negro de Brasil”, el que pasaba horas en la bañera
llena de agua casi hirviendo, con libros, revistas, whisky y cigarros a mano.
Cuando llegaba un amigo a visitarlo lo invitaba a entrar en su gran bañera; si
llegaba un periodista desconocido a entrevistarlo, lo invitaba también.
Vinícius
era un poeta y muchos de sus trabajos los hacía con músicos, sus parceiros. La relación más importante
para la música fue la que tuvo con Antonio Carlos Jobim, pero muy importantes fueron las
que mantuvo con Baden Powell, Toquinho y tantos otros. Para él, el trabajo en
la música, como la vida en general, era el
arte del encuentro.
Todas o
casi todas las historias que se refieren a Vinícius no son tan simples como se
cuentan. Cuando se dice que conoció a Tom
Jobim en una tarde de tragos en Casa Villarino y que de una presentación
casual salió su trabajo de Orfeu da
Conceição (cuya adaptación al cine sería Orfeu
negro y ganaría en 1960 el Oscar a la mejor película extranjera) olvidan
que la colaboración estaba ya negociada pero todos querían estar presente en el
encuentro fundamental de la historia de la música popular brasileña del siglo
XX. Para entonces ya habían pasado muchas noches hablando hasta el amanecer en
el bar de Pescadores.
Antes de
todo ello, a principios de los 50, Vinícius ya era un funcionario del
Ministerio de Asuntos Exteriores que
intentaba redondear su escasa paga con algunos artículos en el periódico Última Hora, que incluían tanto críticas
de cine como un consultorio sentimental que hacía bajo el seudónimo de
Helenice.
Otro mito
es que Vinícius y Tom compusieron Garota de Ipanema mientras bebían en la terraza del
bar Veloso (que ahora se llama Garota de Ipanema) en la mítica esquina de
Prudente de Moraes (el que fuera tercer presidente de Brasil, sin parentesco
con V.) y Montenegro (que ahora se llama Vinícius de Moraes). Sí, es cierto que
Helô (Heloísa Eneida Menezes) era una chica que impactaba al pasar (Menina que passa fue el título original
de la canción, que tenía una letra muy diferente) y que iba al bar a comprar
tabaco para su padre, o al colegio.
He estado
cuatro veces en Río, y siempre he dedicado al menos una noche a este bar. Lo de
dedicar una noche es cierto prácticamente de manera literal, en el sentido de
que siempre son muchas horas las que se pasan allí, tomando caipirinhas y
dejando pasar las horas disfrutando del ambiente y la compañía. Casi siempre he
comprado una camiseta de las que venden con la partitura de la canción
estampada. Llegué a tenerlas de bastantes colores. Después de pasar por ese
local se disfruta mucho viendo amanecer en la playa.
Garota de Ipanema se estrenó en un show llamado O encontro que hicieron Vinícius, Tom y João Gilberto con Os Cariocas en 1962 en
Bon Gourmet. Hay que recordar que fue la primera vez que Vinícius pudo actuar
en público, con el permiso de su ministerio. No se veía bien que un diplomático
hiciera esas cosas. Faltaba bastante para que se aceptaran cosas como que un
ministro de Cultura tuviera días libres para poder hacer sus giras, como
ocurrió con Gilberto Gil.
Aunque
Vinícius vivió sobre todo en Río (cuando no estaba en Los Ángeles, París y
otros destinos en su trabajo diplomático) me he encontrado su huella en diferentes
lugares, como Salvador de Bahía. Igual que Río no se escapa sin una noche en el
Garota de Ipanema, en Bahía tengo el rito de ir a la playa de Itapoã. Está un poco alejada de la ciudad y
por eso tiene un ambiente muy relajado. Yo conocí la playa, como casi todos, gracias a Dorival Caymmi
y Vinícius de Moraes, que le dedicaron canciones hermosas. Tarde em Itapoã es la más conocida y en ella el maestro relata cómo
es una tarde en esta playa, donde se toma el sol, se pasea, se bebe agua de
coco, se escucha la música de algún grupo de amigos que improvisa, se come lo
que ofrezca el tabuleiro de una
bahiana. Una vez contemplé allí mismo una ofrenda a Yemanjá, la dueña de las
aguas, y los participantes entraban en trance sin que nadie les pagara para
hacerles una foto. Vinícius decía que en Itapoã se puede ver al mundo entero
girar, y muchas veces pienso que tenía más razón que un santo.
P.D. Vinícius
murió a los 68 años, una pena porque quería hacer un espectáculo llamado Vat69
en honor de uno de sus whiskies más consumidos y con cuyo nombre hacía un juego
de palabras con parte del nombre. Ésa no, sino la otra, ya que Vat y vate
—poeta— se pronuncian igual en portugués. Hoy, 19 de octubre de 2013, se
cumplen 100 años del nacimiento de Vinicius. Saravá.
Saravá Vinícius!
ResponderEliminarMuchas gracias por el artículo, me alegra ver que no soy el único apasionado por este poeta y diplomático que ha llenado mis noches de música y mis palabras de tópicos como el vagabundaje de la Tarde em Itapoã.
Un saludo.
Era uno de mis poetas favoritos. Una gran pérdida.
ResponderEliminarHola, Buenas días, escritor. Soy mujer de la India , en este momento estoy leyendo su artículo de viajes y turismo, y después de leer su artículo yo puedo decir que hay muy bien informaciones sobe viajes y turismo y también muy interesante. Es verdad que hay muchas informaciones sobre cultura de su país también. Yo personalmente quiero viajar a su país por ver y cercana de los lugares turístico. Realmente según de este blog su país es muy interesante. Cuando yo estaré en su país podemos dar información sobre viajes a India a usted.
ResponderEliminarhermsos lugares
ResponderEliminarMil gracias por compartir todos estos consejos.
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